Historia del PENDULO HEBREO
El cabalista Encause (Papus) sostuvo: El alfabeto hebreo está compuesto por 22 letras las cuales no están ordenadas una detrás de la otra por azar, sino que obedecen a un rango expresado en sus «Jaiores» (actitud de vida) numéricos, a un jeroglífico simbolizado por la forma y a un significado de acuerdo a sus relaciones con las otras letras.
Una letra hebrea representa así tres cosas:
Una letra, es decir, un jeroglífico, · un número y Una idea.
Al ser cada letra un poder, está vinculada con las fuerzas creadoras del universo. Así la combinación de palabras en el idioma hebreo viene a ser como una acción sobre el mismo universo.
Al ser cada letra una potencia activa, el hecho de agruparse entre sí, de acuerdo a ciertas normas de carácter místico, crea verdaderos centros de fuerza efectiva, capaces de obrar en forma eficaz bajo la dirección de la voluntad humana.
Como son símbolos, sentimos en el grafismo de sus letras su onda de energía, su significado profundo, sin ningún proceso de racionalización.
Hay que permitir que su simbolismo penetre en nuestro campo energético, sin ningún esfuerzo por nuestra parte. Ponemos en marcha un proceso que equilibran los estados del cuerpo físico y sus funciones, de acuerdo a la palabra elegida. Cada palabra-energía materializa lo que nombra.
La palabra Shalom (Paz), crea paz, porque cada una de las letras de la palabra paz genera y crea la vibración de la paz. Accedemos sin resistencias ni contradicciones a vinculamos con estados de evolución elegidos por nosotros mismos, para experimentarlos como desea nuestra intención.
La técnica del Péndulo Hebreo fue desarrollada y difundida por Pierre Gelly, miembro de la Asociación de Sanadores de Francia.
Hoy en día, ya poco tiene que ver con aquellos orígenes, más bien se ha convertido en una técnica que trabaja físicamente, hasta el ADN, y cósmicamente nuestra vinculación con el universo y su creación. Además, nos permite crear estados y experiencias que por ley de atracción o semejanza hacen que resulten más eficaces de sentir y vivir.
Es efectivo porque sentimos en el grafismo de sus letras su significado interno, oculto y profundo, sin ningún bloqueo ni proceso de interferencia mental.
Dicen que los antiguos experimentaban con el corazón las realidades espirituales ocultas tras los hechos materiales y las expresaban en imágenes y símbolos.
Las letras hebreas están cargadas energéticamente con una multitud de significados reales y espirituales que tienen que ver con todo cuanto existe. Los cabalistas se refieren al idioma hebreo como «lo que fue, es y será hasta más allá del infinito».
No tenemos que esforzamos por sentir el sol, la lluvia o el viento. No tenemos que esforzamos por sentir el idioma hebreo.
Proporciona una conexión perpetua con nuestro conocimiento subconsciente y simbólico. Es una forma profunda de comunicación silenciosa con nuestras células, órganos, mente, alma, el universo, el silencio, la paz.
Una nueva forma de establecer otro tipo de comunicación más directa con lo que deseamos crear salud, seguridad, paz interior, conexión con la fuente… y de permitir su experiencia tan sencillamente como se permite el cambio de estaciones.
Además, el movimiento giratorio del Péndulo Hebreo irradia la energía de la palabra, y cuando se mueve la energía se crea un efecto.
El giro, la rotación expresa la actividad primaria del espíritu, que es el movimiento absoluto, centrífugo y centrípeto a la vez y además es autosostenido.
Desde la manifestación más cercana a la materia, con el átomo, hasta la más lejana de nuestro mundo, los planetas, todo tiene un movimiento rotatorio.
Funciona en base a la más atractiva ley del universo: lo semejante atrae a lo semejante, a lo que añadiremos, si sólo y exclusivamente vibras con ello. Nos polarizamos con la vibración de cada palabra para que manifieste la misma onda de frecuencia, proporcionando circunstancias, condiciones, experiencias, personas y toda suerte de elementos que se corresponden con esa vibración. Es imposible atraer condiciones favorables si no vibramos con ellas.
Puede que deseemos alegría, pero si nuestra atención diaria se centra en su falta, no podremos acceder a ella, porque estamos polarizados con la tristeza, que engendra más tristeza. Así no lograríamos que nuestras vibraciones aumenten y cambiar de frecuencia.
A medida que comienzan a manifestarse a nuestro alrededor situaciones que coinciden con la palabra-energía con la que te has polarizado, se desarrollan hábitos vibratorios más poderosos que nos confirman su realización física. Cada vez nos sentimos mejor y mejor. Estamos centrados con la corriente de energía de nuestras intenciones reales.
Así pues, hace que nos sintamos en la misma frecuencia vibratoria, pase lo que pase, que permite que la ley de atracción proporcione por resonancia lo que deseamos, sin bloqueos mentales y emocionales. Permitiremos que se mantenga al sentimos bien, con la energía enfocada que nos sintoniza sin condiciones, requisitos ni esfuerzos innecesarios.
El alquimista conocido como “el cosmopolita” (S XVII) sostuvo “un semejante debe obrar sobre su semejante, con lo cual la naturaleza no es otra cosa que la voluntad de Dios.”
¿Qué realiza en nosotros?
Realiza el cambio de condiciones, eligiendo lo que necesitamos experimentar, apoyado como hemos visto, en el idioma «energía» hebreo, el movimiento rotatorio, y la polarización con ello. Así, el cambio se convierte en evolución intencionada.
Nos conecta con nuestra Fuente Interior, nuestra inteligencia innata que siempre sabe lo que necesita y está destinada a proporcionamos bienestar y conexión.
Ha sido diseñado como un proceso transformativo de etiquetas, cuya polarización paulatina establece la alineación en el cambio evolutivo nuestro y de la humanidad.
Se suceden pasos siguiendo una frecuencia lógica y natural de seres realizados en este planeta. Porque nosotros también, sin excepción, todos, podemos y estamos preparados para hacerlo cuando tomemos la decisión.
La nueva espiritualidad interior, aquella que nos hace depender de nosotros mismos, proporciona herramientas como el Péndulo Hebreo, personales, íntimas, silenciosas, que podemos utilizar cuando y como queramos, y vivir de acuerdo a este sentimiento, en el aquí y ahora, evolucionando.
También puede ser utilizado para cambiar una condición no deseada, como una enfermedad, compulsión, aislamiento, con etiquetas concretas, sin necesidad de polarizarnos con todo el proceso.
Cualquiera que elijamos trabajará diferentes planos a la vez, porque el idioma hebreo lo hace.
Cuando sus resultados se manifiestan en la realidad, nuestra frecuencia vibratoria se estabiliza y ya podemos dejar de lado el Péndulo Hebreo, porque habremos cambiado en todo nuestro ser y en las condiciones externas, nuestro nuevo estado. Nos encontraremos vibrando con lo que deseamos, más conectados y más estabilizados emocionalmente.
Por último, podemos utilizarlo como una ofrenda o regalo para nosotros mismos, con la exquisita finalidad de procurarnos el mayor bien posible. Esta opción tiene una amplia aplicación práctica, porque:
¿Quién no desea conectarse a su fuente, permitir paz interior, silencio, fuerza vital, expansión ilimitada y un circuito energético perfecto?
Es un regalo o «presente» que cambia la relación con nosotros mismos, con el medio y con el universo.
El Péndulo Hebreo es la representación física de la idea de evolución, y el contacto consciente con la realidad cotidiana.
Es la manifestación de los principios universales de la energía o la inteligencia de la propia vida, unidas con las consciencias creativas particulares de cada uno de nosotros.
Todo cuanto existe querrá siempre que el Péndulo Hebreo se tome como una oportunidad o una posibilidad, no como un nuevo remedio de males, o una nueva medicina paliativa que nos va a aliviar en vez de transformarnos íntimamente en lo que deseamos para nosotros. Somos seres capaces de crear nuestra realidad.
Un proverbio sufí dice: «El que lo prueba, lo conoce».
Dr. G. Encause: «La Cábala: tradición secreta de occidente».
Este Artículo es extracto del libro: «El Péndulo Hebreo: bienestar creativo»
UTILIZACIÓN del PÉNDULO HEBREO
Dadas las exigencias del trajín diario actual se nos adosan al campo electromagnético diferentes “larvas energéticas” que, con el transcurso del tiempo generan sensaciones de pesadez, agobio, sopor etc. Dichos factores sumados al estrés, insuficiente descanso e inadecuada alimentación van debilitando nuestras resistencias.
Estas situaciones se resuelven eficazmente mediante la utilización de las apropiadas técnicas del péndulo hebreo.
Al quitar las tensiones se experimenta una sensación de tranquilidad, generando relax y cambios de humor.
La opinión mayoritariamente referida por los consultantes luego de la terapia es de una frescura y liviandad, «la impresión de haberse quitado
un peso de encima».
El péndulo hebreo es un cilindro de madera de haya ó de nogal, cedro de 5 cm de largo x 3 cm de diámetro, con una de sus caras lisa y con dos estrías en la otra para irradiar las “ondas forma”.
Este péndulo radiónico es uno de los más importantes utilizado para sanación.
Mediante esta antigua técnica de radiestesia, detectamos los desequilibrios, (enfermedades) antes de que se manifiesten en el cuerpo físico.
Los “miasmas o morbosidades energéticas” afectan a las capas del campo electromagnético (Aura) que envuelven al cuerpo físico.
Nos rodean siete capas y las enfermedades primero aparecen por la capa más externa y lejana hasta llegar a la más próxima al cuerpo.
Luego de detectar los miasmas se procede a limpiar dicha área. A continuación se irradian “ondas forma” para elevar la vibración de la zona afectada, equilibrando el campo electromagnético, en pocos minutos.
Las cualidades terapéuticas de la irradiación de “ondas forma” es debido a la utilización de letras hebreas antiguas, cada una con un significado y un número.
Puesto que el hebreo antiguo es un idioma solar sagrado es decir ideográfico, significa que nombran la realidad y representan una idea a través de un dibujo o símbolo. (Símbolo en griego significa “lo que une”).
Según sean las circunstancias a tratar esta técnica se puede repetir a los quince días, al mes, a los tres o seis meses.
Agradezco la explicación y la enseñanza a mi MAESTRA DE PENDULO HEBREO SILVIA RICCIOPPO.